¿Por donde empezar, donde seguir y que hacer en cada parte de la producción?
Es muy común que hoy en día, al tener la oportunidad de poder crear música desde casa en un ordenador y con todas las herramientas que existen, los nuevos compositores o productores no tomen en cuenta cómo se realiza profesionalmente la música en la gran industria y omitan o mezclen procesos y etapas. Estas prácticas son muy comunes sobre todo en los productores de música electrónica que, sumado a la falta de experiencia y guía, culminan en frustraciones en el proceso, bloqueos creativos, constantes cambios, resultados forzados y al final la producción completa se convierte en un enorme proceso de prueba y error y un mal sonido.
Se da por hecho que las producciones electrónicas dentro de un DAW son completamente distintas a las producciones tradicionales. Son tan fuertes estas creencias que muchos productores incluso se apartan de la teoría musical y procesos tradicionales. Hay que tener en cuenta que al autoproducirnos estamos asumiendo el papel y tareas de distintas especialidades, y es muy probable que no todas ellas las realicemos correctamente.
En una producción profesional tendremos compositores, arreglistas, músicos intérpretes, ingenieros de grabación, editores, ingenieros de mezcla, ingenieros de mastering y un productor que guía todo este proceso, sin contar asistentes y otros auxiliares que apoyan en cada etapa.
Al no ser especialistas y no trabajar con un equipo especializado en cada área, recomiendo ampliamente seguir los procesos y etapas de una producción profesional de manera aislada y tener una marcada diferencia en dónde inicia una etapa y termina la otra, esto sin importar el tipo de música que hagamos.
Los procesos detallados a continuación son todos juntos lo que conocemos como Producción Musical, es importante diferenciarlos y no tratar de hacer todo a la vez.
Composición
Puede parecer obvio que es el inicio de todo pero he visto melodías cambiarse en pleno proceso de mezcla, o arreglos terminados en donde aún no está clara una escala musical. Debemos empezar por el principio y, en la medida de lo posible, tener prácticamente la composición completa por lo menos del clímax, drop o coro de nuestra canción antes de desarrollar la misma. Será mucho más complicado querer empezar nuestra canción desde el intro y quererla desarrollar como si la fuéramos escuchando en la línea del tiempo. Comparando esto con la filmación de una película, es como si empezáramos el rodaje sin tener claro qué pasará en el clímax de la historia y esto convierte la producción en un proceso improvisado y complicado.
Arreglo
Éste es posiblemente el proceso más complejo, amplio y generador de nuestra canción. Aquí elegiremos el qué, quién, cuándo y cómo. Es básicamente asignar la instrumentación y momentos en la que se ejecuta cada parte, además de determinar la estructura de nuestra canción.
Una práctica muy común, que si no se lleva con cuidado puede convertirse en un error, es tratar de desarrollar la estructura de un inicio a un fin como lo mencioné anteriormente y no comenzar por la parte climática, coro o estribillo. Considero que en la mayoría de casos es más sencillo deconstruir la canción a partir de su parte más importante que tratar de llegar a ella desde un intro. En producciones con estructura progresiva puede resultar útil pero no en todos los casos y menos con falta de experiencia.
Aquí también suelen generarse los problemas más comunes que después se tratan de solucionar en mezcla, y es no asignar de manera correcta nuestra instrumentación y tiempo. En este punto no es necesario que tengamos los sonidos finales ni todas las ediciones creadas, sino sólo tener la definición de las partes y una idea clara. Será éste el esqueleto donde detallaremos toda nuestra producción.
Grabación / Edición
Capturar correctamente lo que hemos proyectado e ideado en los procesos anteriores es indispensable. En el caso de los productores de música electrónica suele ser un proceso ambiguo y mezclado con el arreglo, interpretación, secuencia y con el diseño sonoro de los instrumentos.
Para este punto, la canción debe estar hecha y plasmada en nuestro proyecto, aquí detallaremos los sonidos finales, las capas necesarias de cada instrumento, automatizaciones, efectos, cortes, ediciones y todo lo que sea necesario para que nuestro tema transcurra correctamente.
¡Ojo!, todavía no entramos al proceso de mezcla pero es muy común que ya utilicemos procesadores para diseñar y definir nuestros sonidos.
Este proceso suele ser también de lo más complejo y puede marcar completamente la diferencia entre una producción exitosa o no. Es muy importante reconocer que la mezcla no se trata de corregir errores generados en los procesos anteriores; de hecho ninguna de nuestras etapas debe de corregir errores o deficiencias generadas anteriormente.
En la mezcla asignaremos espacios, profundidades y definición de cada elemento; potenciaremos lo antes creado, haciéndolo lucir y asignando a cada elemento un espacio sonoro.
Un error muy común es intentar mezclar todo y procesar antes de tener nuestra instrumentación lista. He visto productores que desde que colocan un bombo empiezan a ecualizarlo, ¿ecualizarlo con qué o respecto a qué?
Debemos tener una idea completa de todo el proyecto, de sus partes, sus instrumentos y de sus sonidos finales para realizar este proceso correctamente. Como mencioné antes, es común que se coloquen ecualizadores y compresores en procesos anteriores, pero éstos deben de tener un fin más de diseño sonoro que de mezcla.
En ocasiones es considerado el proceso final de una producción o el inicio de la maquila, y es uno de los procesos con más mitos y tabúes. En realidad es un proceso sencillo pero delicado, debe considerarse sobre todo como un control de calidad del trabajo realizado en mezcla y soy insistente en que nunca debe de tratarse de un proceso correctivo ni de arreglar errores en procesos anteriores.
También aquí se buscará una estandarización de sonido y tendremos que entrar, para bien o para mal, en la conocida guerra de volumen. Sí, la música electronica de baile esta hecha para sonar fuerte y normalmente aquí conseguiremos ese extra de volumen y ajuste dinámico, esto si todo se hizo bien anteriormente.
Como mencioné, es un proceso sencillo pero delicado y es muy recomendable que lo dejemos en manos de un especialista. Muchos de los sellos discográficos se encargan de este proceso pidiendo a los artistas entregar únicamente el trabajo de mezcla.
El productor musical suele ser un profesional que, si bien no domina todas estas áreas o roles, debe tener alto conocimiento de ellas. Aunque conozco muchos artistas que pueden mezclar estas etapas y tener grandes resultados, no lo recomiendo en lo absoluto sobre todo si no tenemos amplia experiencia dentro de la producción.
Es importante reconocer todas estas áreas como especialidades y saber que hay profesionales que se dedican únicamente a cada una de ellas, y no pretender dominarlas todas juntas; así como también reconocer que muchas veces es mejor delegar algunas de las etapas, principalmente la de mezcla y mastering, a profesionales y no arruinar nuestra creación artística con un mal sonido. De hecho recomiendo esto altamente ya que suelen ser áreas de conocimiento muy distintas y vamos a obtener mucho mejores resultados dejando esto en oídos profesionales.
Debido a tanta desinformación y a una mala forma de aprendizaje autodidacta, se han pasado por alto las especialidades dentro de la producción y es muy común que nuevos interesados en la creación musical los ignoren por completo con el fin de buscar resultados inmediatos y autodenominarse a sí mismos: productores.
Escrito por Arturo RR
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